domingo, 26 de marzo de 2017

Una niña y su pony, la emotiva amistad que la llevó a caminar por primera vez





Sophie Wade nació con parálisis cerebral, lo cual le impidió movilizarse por sus propios medios. Hoy, con 9 años, puede hacer paseos cortos gracias al mismo tratamiento que recibió su poni. La conmovedora historia

En West Yorkshire, Inglaterra, vive Sophie Wade, una niña de 9 años que nació con parálisis cerebral. Junto a Calum, su hermano gemelo, nacieron 11 semanas antes de lo previsto y debieron pasar casi tres meses en cuidados intensivos. Calum pudo salir ileso. Sophie, por su parte, había sufrido un severo daño cerebral durante su estadía en el útero materno.

La parálisis cerebral le impidió movilizarse por sus propios medios. Sin saber que varios años después sería la clave para una importante mejoría, sus padres le regalaron un poni cuando apenas tenía dos años. Roxie, tal cual la bautizó la niña, se transformó en su gran compañera. Pese a las dificultades, Sophie logró la confianza suficiente como para trotar encima suyo y hasta participar en varios competiciones ecuestres.
Hace un año, Roxie necesitaba operarse de su ligamento izquierdo para poder desplazarse con normalidad. Dawn Rothwell, una experta equina, recomendó la utilización de un dispositivo llamado Alpha-Stim. No solo lo sugirió para tratar al poni, sino que también creyó una buena idea practicarselo a la niña.

Los padres siguieron el consejo. Al igual que con el poni, dos veces al día, implementaron el aparato sobre las piernas de Sophie. Tras pegar las almohadillas en sus muslos, el tratamiento funciona mediante la producción de una corriente eléctrica que atraviesa el cuerpo y ayuda a estimular el flujo sanguíneo. El objetivo, entonces, era estimular ondas cerebrales específicas y, asimismo, calmar el sistema nervioso central.
Los resultados superaron las expectativas. Al cabo de dos de semanas del curioso tratamiento, los músculos de sus piernas comenzaron a soltarse. Redujo la opresión de sus muslos hasta en un 40 por ciento. Pese a las dificultades que todavía tiene para desplazarse, logró caminar algunos pocos metros y ponerse de pie con ayuda de sus padres.

"Yo no esperaba un milagro, pero Sophie estuvo usando la máquina durante un año y la ayudó a mantener sus músculos más sueltos", dijo su madre Gina a Daily Mail. "Ella ahora es lo suficientemente fuerte como para dar un paseo corto. Le toma mucho tiempo y está cansada cuando termina, pero puede hacerlo".

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