martes, 1 de marzo de 2016

Trastorno obsesivo compulsivo



Se trata de pensamientos, conductas, sentimientos, ideas y comportamientos que van más allá de la voluntad de la persona, que suelen experimentarlos como algo anormal e indeseable, sin que exista otro trastorno mental asociado. Los TOCs afectan aproximadamente al 2% de la población y comprometen su calidad de vida. Existen tratamientos que ayudan a mejorar los síntomas.

Para comenzar
Casi todas las personas tenemos un poco de obsesivo-compulsivo, algunos más, otros menos.
Ello no implica una patología, si esas conductas no dominan nuestra vida o, al menos, parte importante de ella.
Así, ser muy ordenado, gustar de tener una vivienda impecablemente limpia, ser metódicos respecto de horarios, tratar de evitar ciertas situaciones y muchas otras no son un signo de padecimiento alguno.
Pero cuando ello se convierte en el centro de nuestras ideas, conductas y actuaciones, entonces sí que estamos ante un problema.

Definición
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se trata de un trastorno mental, a través del cual las personas se ven afectadas por pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones y/o comportamientos reiterados que impulsan a realizar determinadas acciones en forma repetitiva, sin que haya concurrencia de discapacidad mental.
Todos ellos son involuntarios, recurrentes y persistentes y suelen ser vividos por quien los experimentan como algo indeseable y apartado de la normalidad, sea porque repugnan o porque se reconoce que no tienen sentido alguno, aunque también existen casos en que no se tiene conciencia de esto.
Pueden darse conjuntamente o uno u otro. Es decir, es posible que los pensamientos, ideas, sensaciones, etc., conduzcan a las conductas de tipo repetitivo o que solamente se tengan las obsesiones o las compulsiones por separado. Aproximadamente en un tercio de quienes presentan TOC, este aparece asociado con tics u otras manifestaciones físicas.
Se conocen hace mucho tiempo. En un principio se las consideró como una enfermedad psiquiátrica rara, pero en la actualidad se sabe que afectan a alrededor del 2% de las personas, ubicándose en el cuarto lugar entre las enfermedades mentales, detrás de las fobias, las adicciones y de la depresión.
Mientras que en el DSM IV aparecían catalogados entre los Trastornos de Ansiedad, en el DSM V tienen una entidad propia.
En la mayoría de los casos aparece después de los 30 años, aunque una tercera parte de quienes padecen TOC afirma que sus comienzos se produjeron durante la infancia.
En ese sentido, se reportancasos que se inician entre los 7 y los 10 años y distintos estudios afirman que estos trastornos afectan entre el 0,3 al 1,9% de la población infantil y adolescente.
Si bien la proporción entre varones y mujeres es similar, en los primeros suele presentarse más tempranamente.
 A pesarde los problemas que acarrea, las estimaciones refieren que entre en 35 y el 40% de las personas afectadas no recurre a tratamiento alguno, pese a reconocer que sus actitudes les causan incomodidades e inconvenientes diversos.
Buena parte de estos individuos que rehúyen a la ayuda profesional lo hacen por vergüenza o por temor a ser discriminados.

Causas
Aunque se desconocen los cómo y los por qué, existen algunas teorías que intentan dar cuenta de su aparición y de los factores de riesgo que llevan a ello.
Se cree que algunas cuestiones como golpes en la cabeza e infecciones pueden actuar como disparadores.
También tener antecedentes familiares parece incrementar las posibilidades de adquisición del trastorno.
Los factores ambientales son otra fuente, entre ellos, las situaciones prolongadas de estrés o aquellos acontecimientos únicos muy conmovedores para la persona.
A su vez, trabajos de investigaciones recientes dan cuenta de que las alteraciones de los niveles de serotonina están implicados en su aparición, lo que conduce a que se piense que se hallen presentes factores genéticos en su producción, aunque todavía no se han reportado genes específicos involucrados.

Síntomas
Los síntomas varían de sujeto a sujeto, así como la gravedad. La tendencia es a que, sin intervención profesional, ellos se cronifiquen y se agraven.
Por más que muchas personas puedan desarrollar una vida cercana a la normalidad, la persistencia en el tiempo tiende a dificultar la interacción social de estos individuos y suelen afectar su desempeño laboral.
Cuando la irrupción se produce en la infancia y en la adolescencia, muy posiblemente, sobre todo en aquellos con sintomatología extrema, afecte negativamente los aspectos educativos.
Los síntomas tienen diversas formas de expresarse, así como también los expertos en el tema brindan diferentes clasificaciones del TOC, aunque, claro está, solamente con fines de estudio, puesto que la realidad indica que la estructura, aunque con variantes, es similar en las personas afectadas y que la realidad adopta formas muy dispares.
Una de ellas las agrupa en ocho clases.
1. Los lavadores y limpiadores. Se trata de aquellos que se hallan obsesionados con cuestiones de contaminación respecto de objetos o situaciones.
Entre ellos se hallan los que temen a los gérmenes, esto conduce a que se laven las manos un sinnúmero de veces, lo que también implica que tomen varios baños durante el día, se cepillen los dientes insistentemente, limpien sus viviendas constantemente y que incluso eviten lugares o personas que creen que pueden ser una fuente de contaminación y que evadan el contacto con seres humanos (estrechar manos o besar, por ejemplo), animales u objetos que presumen fuente de contagio o suciedad.
2. Los verificadores. Inspeccionan determinadas situaciones por el temor a que, de no hacerlo, suceda algo terrible.
Verifican que no existan objetos en la cercanía que pueda dañarlos a ellos o a otras personas, así como que estén sanos, que coman lo necesario, que sus funciones vitales sean correctas, etc.; temen que sus familiares o amigos sufran daños y los llaman o concurren a sus domicilios para asegurarse de que están bien, aunque no haya motivo para ello; que no cometan errores, etc.
Un clásico ejemplo es el de aquellos que constatan una y otra vez que la puerta de calle esté cerrada o que se haya apagado el horno después de utilizarlo.
3. Repetidores. Son aquellos que realizan conductas repetitivas. Llevan las rutinas hasta el extremo, transformándolas en un ritual de orden estricto, tales como aquellas que efectúan al levantarse. También realizan otras que requieren una sola acción dos o más veces, porque así, creen, son mejores, correctas o más seguras, así como pueden realizar movimientos físicos tales como golpetear sobre una mesa, tocar determinados objetos o pestañear reiteradamente.
4. Ordenadores. Se trata de individuos que exigen que las cosas que los rodean estén ubicadas en un orden determinado e invariable, en muchas ocasiones apelando a la simetría. La más mínima alteración puede desencadenar angustia profunda y, en algunos casos, hasta conductas agresivas.
5. Acumuladores. Caen bajo esta categoría aquellas personas que coleccionan objetos, usualmente no caracterizados por ser coleccionables y de insignificante valor económico, cultural o artístico, lo que puede incluir latas, frascos, periódicos, etc., y no pueden desprenderse de ellos bajo ninguna circunstancia.
6. Ritualizadores mentales. Ante imágenes mentales o pensamientos que los angustian, recurren a otras, repetitivas, para contrarrestar a aquellas que les causan sufrimiento. Otra forma que adoptan es la de generar esos pensamientos reiterados, con lo que creen evitar que se produzcan daños a sí mismos o a otros. Puede incluir rezos y repetir palabras en su mente con el mismo fin.
7. Atormentados y obsesivos puros. A estas personas las invaden constantemente pensamientos negativos incontrolables, que les resultan sumamente perturbadores, que pueden incluir fantasías de dañar a otros, suicidio, etc., que no suelen ir más allá de eso.
8. Sexuales. En estos casos, el temor fundamental es creer que se tienen tendencias homosexuales, pero también es posible que se incluyan fantasías social y moralmente (para el individuo) prohibidas.
Existen otros muchos síntomas, que pueden ubicarse o no dentro de la categorización reseñada, tales como contar objetos, no pisar un color en los pisos en damero y muchas otras, todas ellas sin control del individuo.
Además de los problemas apuntados que conlleva el TOC en sí mismo, algunas de las conductas compulsivas, como lavarse repetitivamente las manos, puede llevar a problemas en la piel.
También la calidad de vida de estas personas se ve empobrecida y, como consecuencia de estas conductas obsesivas-compulsivas suelen conducir a la irritabilidad, ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, abuso de sustancias y, en los casos más extremos y esporádicos, a pensamientos y conductas suicidas, entre otras muchas consecuencias.

Diagnóstico
Normalmente es la propia persona o alguno de sus allegados el que alerta sobre la problemática y lleva a que se realice una consulta.
En ella se descartan otras posibles causas físicas y psíquicas que produzcan cuadros similares y se diagnostica, para pasar luego a la etapa de tratamiento.
Circula un buen número de tests que, como el que se presenta, en realidad no tienen valor diagnóstico, aunque pueden servir como un indicador, lo que tendrá que ser confirmado por un profesional idóneo.
¿Suelen molestarlo pensamientos displacenteros o imágenes que repetidamente entran en su mente, tales como...
1. temores de contaminación (suciedad, gérmenes, químicos, radiación) o la adquisición de alguna enfermedad seria como el SIDA? Sí - No.
2. sobrepreocupación por mantener objetos (ropa, comida, herramientas) en un orden perfecto u ordenados exactamente? Sí - No.
3. imágenes de muerte o de otros eventos horribles? Sí - No.
4. pensamientos religiosos o sexuales personalmente inaceptables? Sí - No.
¿Se ha preocupado excesivamente por que puedan suceder cosas terribles como...
5. incendios, robos o inundaciones en su casa? Sí - No.
6. por arrollar accidentalmente a un peatón con su auto?
7. diseminar una enfermedad (transmitirla a alguien)? Sí - No.
8. perder algo valioso? Sí - No.
9. dañar a alguien querido porque usted no fue lo suficientemente cuidadoso? Sí - No.
10. se ha preocupado por sentir la necesidad urgente o compulsiva de actuar de manera no querida e insensible, tal como dañar físicamente a alguien querido, de empujar a alguien para que sea atropellado, estrellar su auto, realizar un contacto sexual inapropiado o envenenar la comida de sus invitados? Sí - No.
¿Se ha sentido impulsado a realizar ciertos actos una y otra vez, tales como...
11. lavarse, limpiar o acicalarse excesivamente o en forma ritual? Sí - No.
12. chequear los interruptores de luz, las canillas, el horno, las cerraduras de las puertas o el freno de emergencia? Sí - No.
13. contar, ordenar objetos para que queden alineados? Sí - No.
14. coleccionar objetos inútiles o inspeccionar la basura antes de que sea sacada para que no se pierda algo que puede considerar importante? Sí - No.
15. repetir acciones rutinarias (sentarse/levantarse de una silla, entrar y salir por una puerta, reencender un cigarrillo) varias veces o hasta que se sienta que así está bien? Sí - No.
16. necesidad de tocar objetos o personas? Sí - No.
17. relectura o reescritura innecesaria; reabrir los sobres y revisar el contenido antes de ser enviados? Sí - No.
18. examinar su cuerpo por posibles signos de enfermedad? Sí - No.
19. evitar colores (“rojo” significa sangre), números (13 es “mala suerte”) o nombres (esos que comienzan con “M” significan muerte) que se asocian con eventos malos o pensamientos incorrectos? Sí - No.
20. necesidad de “confesar” errores o preguntar reiterativamente si usted dijo o hizo algo correctamente? Sí - No.

Tratamiento
En la actualidad, existen dos formas de lidiar con el TOC: la farmacológica y la terapia psicológica.
En esta última existe una tendencia más o menos mayoritaria que sostiene que la única terapia efectiva es la cognitiva conductista, en la que lo que se hace es confrontar al paciente con aquellas situaciones que lo llevan a expresar sus síntomas obsesivo-compulsivos y darle herramientas que, si bien no eliminan la fuente del problema, ayudan a lidiar con las situaciones y a mitigar, por lo menos, las respuestas involuntarias, haciendo más tolerable la ansiedad que suele estar asociada con esas conductas.
Por un lado, se postula que esta clase de terapia es efectiva en la mayoría de los casos, aunque también se reporta que algunos pacientes sufren recaídas, así como otros abandonan el tratamiento porque la exposición a eso que los desestabiliza les resulta intolerable.

El farmacológico parece resultar menos efectivo, estimándose que mejora aproximadamente entre el 40 y el 60% de los sujetos que lo siguen.
Además, el problema que se refiere es que la suspensión de la ingesta de las drogas, aunque sea temporal, implica recaída inmediata. Por ello esta forma requiere que la persona sea metódica en el cumplimiento del tratamiento, el que, por otra parte, debe seguirse durante toda la vida.
Usualmente se recurre a antidepresivos tricíclicos, en general con bajo nivel de efectos secundarios, que suelen ser tolerables.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (como fluoxetina, sertralina, escitalopram, paroxetina, citalopram y otros) aparecieron como una posible alternativa, aunque se reporta que, si bien un buen número de individuos responden bien a su acción, otro tanto no logra que se reduzca al mínimo sus síntomas y deban recurrir a tratamientos psicológicos.
A su vez, se sugiere que no hay evidencia de que estas dos formas combinadas de tratamiento se potencien, sino que su combinación aparentemente no logra mejores resultados que la utilización de uno u otro.

Conclusiones
La calidad de vida de las personas afectadas por TOC se ve notoriamente alterada. Los problemas que experimentan los llevan a tener una vida de relación complicada, que puede comprometer seriamente sus posibilidades educativas y laborales, sobre todo en los casos más extremos.
Se hace necesario recurrir a algún tratamiento, sea este farmacológico o psicológico y, sobre todo, que quienes los rodean las apoyen y ayuden, brindándoles contención.

Algunas fuentes:
- https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000929.htm
- http://www.dmedicina.com/enfermedades/psiquiatricas/trastorno-obsesivo-compulsivo.html
- http://www.psicoterapeutas.com/trastornos/obsesivo_compulsivo/tratamiento.html
- http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/ocd/basics/definition/con-20027827
- https://iocdf.org/about-ocd/
- http://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastornos-de-ansiedad/index.shtml

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