sábado, 18 de julio de 2015

Indigo y Cristal: los niños diferentes



Comenzaron a aflorar a finales de la década de 1960. Se postula que son seres diferentes, que aparecen para transformar el mundo, con capacidades excepcionales. Pero también su existencia genera rechazo, puesto que las afirmaciones que se hacen a su respecto, según la comunidad científica, carecen de adecuado sustento fáctico.

Introito

Las creencias de los seres humanos son casi tan amplias y diferentes como la cantidad de ellos que habitaron y habitan en el mundo. También las teorías que intentan dar cuenta de fenómenos que escapan a la comprensión plena y racional.
La necesidad de clasificar y enumerar todo, propia del Enciclopedismo, aunque persistente a través del tiempo, ha cedido buena parte de su imperio, al reconocerse que tanto el propio hombre como el Universo son una realidad extremadamente compleja y heterogénea como para basarse en una relación simple de causa-efecto y que son demasiados los misterios que nos rodean como para poder catalogar todos ordenadamente.
Los avances científicos ciertamente, en la mayoría de los casos, mejoran nuestra calidad de vida, pero, al mismo tiempo, abren nuevos campos de cuestiones a investigar.
A su vez, los milenios de desarrollo cultural han llevado a que el conocimiento esté mediado por intereses, preconceptos, ideologías, etc., y que se haya destruido aquella concepción idealista de la “ciencia pura”, casi romántica, que campeara durante varios siglos.
Al mismo tiempo, y subyacente con esos intentos de poner orden y método en el conocimiento humano, se halla un amplio abanico (opuesto, según algunos y complementario, según otros) de teorías humanistas, espiritualistas o como quieran llamarse que sostienen que el método de las ciencias duras debe acotarse a su campo específico, no siendo trasladable al área de las humanas, puesto que la riqueza de nuestra especie es, precisamente, la diversidad, que admite ciertas generalizaciones ordenatorias, pero no puede encorsetarse en moldes rígidos.
Asimismo, ni en una ni en otra existe unanimidad de criterios, por lo que en su seno se dan polémicas que persisten y se renuevan constantemente.
Una de ellas, entre las incontables que existen, es la referida a lo que se conoce como Niños Índigo y Cristal.

Índigo y Cristal: niños superdotados
La denominación de “índigo” tiene que ver con el color del aura (azul violáceo) en ciertos niños.
Ello fue proclamado por primera vez en 1982 por Nancy Ann Tappe (1931-2012) en su libro “UnderstandingYourLifeThrough Color” (“Comprendiendo tu vida a través del color”).
Ella, que decía ser una persona normal con un extraordinario talento (era sinestésica, esto es, era capaz de asimilar diferentes sensaciones sensoriales al mismo tiempo en un mismo acto perceptivo), dijo haber descubierto, a fines de los 60 y principios de los 70, que, en algunos niños, el campo electromagnético que rodea a las personas (aura) presentaba ese color.
Basada en lo que sus seguidores llaman la Ciencia del Color, esto es, la posibilidad de definir e identificar cuestiones de la personalidad de los individuos a través del cromatismo de su aura, descubrió que este, entre los doce que pueden observarse, tenía sus particularidades.
Existen algunas diferencias entre las diversas corrientes que postulan esta teoría, aunque, en general, sus seguidores concuerdan en ciertas características que pasamos a enumerar.
- Son brillantes en lo que hace a la tecnología.
- Tienen mucha energía.
- La vida escolar les resulta tediosa y aburrida, por lo que se distraen con facilidad.
- Son extraordinariamente sensibles.
- Suelen rebelarse ante la autoridad, sobre todo cuando se les impone cuestiones sin explicar los motivos.
- Son altamente intuitivos.
- Son muy espontáneos.
- Les cuesta quedarse sentados pasivamente.
- Son muy creativos.
- Tienen un gran desarrollo perceptivo.
- Su emotividad es extrema, al punto en que pueden pasar de la risa al llanto sin motivo aparente o, por el contrario, mostrarse impasibles ante sucesos que debieran ser impactantes.
- Suelen ser fácilmente irritables.
Existen muchas otras más, tales como las referidas a usuales percepciones extrasensoriales, pueden presentar desorganización en sus patrones mentales, escasez de vocabulario, verborragia, tienen un desarrollo superior de tacto y olfato, y una larga lista de etcéteras, que varían entre las distintas concepciones.
Estos niños son definidos como “seres de luz”, con un alto potencial intelectual y una nueva conciencia interna, cuya misión es ser disruptores de los esquemas sociales que han llevado al mundo a la desarmonía en la que actualmente se halla, creando un nuevo orden pacífico y armónico.
Se acepta mayoritariamente que hay cuatro clases de ellos: los humanistas, los artísticos, los conceptualesy los interdimensionales o catalíticos.
Los primeros son los más sociables, los que se involucran para aportar sus dones a quienes los rodean. Suelen ser los más hiperactivos, verborrágicos, entusiastas y torpes.
Los artísticos se caracterizan por ser los más sensibles y por sus inclinaciones artísticas. En aquello a lo que se dediquen siempre buscan el lado creativo. Se trata de personas idealistas, que pueden frustrarse y victimizarse fácilmente.
Los conceptuales se interesan más en los proyectos que en las personas. Son hábiles en cuanto a la motricidad y tienden a ser controladores, además de organizados y sistemáticos. Tienen baja tolerancia a las interrupciones y suelen trabajar en sus proyectos durante largas horas.
Los últimos son los menos frecuentes y aquellos que traen nuevos paradigmas. Suelen parecer jactanciosos, con una alta autoestima y es posible que se los considere excéntricos o raros.
Un test típico de los que circulan en internet y de los que se hallan en diversos libros y artículospara establecer la posibilidad de que un niño pueda ser categorizado como Índigo podría consistir en los ítems siguientes:
1. ¿Vino su hijo al mundo con un sentido de realeza y actúa como tal?
2. ¿Tiene un sentimiento de merecer estar aquí y ahora?
3. ¿Tiene un evidente sentido de identidad?
4. ¿Tiene dificultades con la disciplina y la autoridad?
5. ¿Se rehúsa a hacer ciertas cosas que se le ordenan?
6. ¿Es para su hijo una tortura esperar haciendo colas?
7. ¿Se siente frustrado hacia sistemas estructurados y rutinarios que requieren poca creatividad?
8. ¿Encuentra mejores maneras de hacer las cosas que las que les sugieren en la casa o la escuela?
9. ¿Es su hijo un inconformista?
10. ¿Se rehúsa a responder a la manipulación o el manejo mediante el uso de la culpa?
11. ¿Se aburre fácilmente con las tareas que se le asignan?
12. ¿Tiene síntomas de Desorden de Atención o Hiperactividad?
13. ¿Muestra capacidad intuitiva?
14. ¿Es particularmente creativo?
15. ¿Demuestra empatía o preocupación por los demás?
16. ¿Desarrolló pensamiento abstracto a muy temprana edad?
17. ¿Es muy inteligente y/o dotado?
18. ¿Ha descubierto su hijo la disposición a soñar despierto?
19. ¿Tiene su hijo una mirada profunda y sabia?
20. ¿Manifiesta pensamientos o conceptos espirituales con naturalidad? 
Según quienes publicaron este cuestionario, con 10 a 14 respuestas positivas se puede presumir que sí; con 15 o más, existe certeza.
A su vez, los Niños Cristal, si bien comparten las características de los Índigo, se diferencian de estos últimos porque mientras estos son más confrontativos, los primeros tienen una mayor tendencia a la armonización.
Están más orientados a liderar que a confrontar, suelen ser más tranquilos, afectuosos, vulnerables emocionalmente y rehúyen cualquier forma de violencia, sobre todo la física.
También existen otras categorías, como los Niños Arcoiris, que, según algunas teorías, serían la tercera generación de estos seres extraordinarios (la primera son los Índigo y la segunda, los Cristal) y se les atribuyen distintos poderes, como el de la sanación, los psíquicos y una enorme creatividad. Los primeros habrían tenido su tiempo de predominancia entre, aproximadamente, 1960 y 1990; los segundos entre este último año y el 2000, para a partir de allí, hacer su aparición esta serie más evolucionada.
No todos quienes adscriben a estas teorías concuerdan con estas últimas dos categorías, aunque existen publicaciones al respecto. De hecho, se trata de una postura minoritaria.
Otra es la de los Niños Diamante, que brillan en las tareas que les interesan, usualmente son excelentes estudiantes, que no buscan liderar, sino demostrar sus razones. Tendrían una conexión directa con la Divinidad o la Unidad que estas corrientes creen que rigen los destinos del mundo.

Unos y otros, niños con problemas
En el lado opuesto se ubica un amplio espectro de profesionales de la salud de diversas ramas (Psicología, Medicina, Psiquiatría, Biología, etc.), que expresa que estas formulaciones no presentan evidencia científica alguna, sino que sería una derivación del ecléctico movimiento conocido como New Age, nacido a mediados del siglo pasado, que designa a una serie de concepciones filosóficas que combinan pragmatismo y espiritualidad (no necesariamente con base religiosa), proclive a creencias en seres y presencias supernaturales, unidad cósmica, clarividencia, poderes psíquicos, dimensiones invisibles, etc.
Particularmente, la construcción de estas categorías de niños angelados la explican desde la necesidad de aquellos que rodean a niños con problemas (sobre todo los padres) de compensar la angustia que provoca que un pequeño presente inconvenientes conductuales y/o psíquicos. De esta manera, en lugar de ver una cuestión patológica, hacen el camino inverso, es decir, los presentan como niños superdotados que vienen a transformar el mundo como consecuencia de la Nueva Era.
Quienes cuestionan su existencia sostienen que si bien no es posible correlacionar directamente a estos pequeños con Trastornos de la Conducta (serían los Índigo) o con otros del Espectro Autista (los Cristal), hay indicios serios de que algunos de ellos podrían encuadrarse dentro de estos trastornos o presentar otros problemas.
También sostienen que el campo electromagnético que rodea a las personas (y a otros seres vivos) es un fenómeno corriente que se da bajo ciertas condiciones, que no tiene nada que ver con las características conductuales, intelectuales o espirituales de una persona.
En ese mismo sentido, descalifican muchas de las aseveraciones que suelen acompañar la existencia de estos niños “especiales”, tales como que el 80% de los niños actuales son Índigo (o cualquier otra categoría), que tienen que ver con seres extraterrestres, que poseen un ADN distinto, que no sufren enfermedades, que son producto o constituyen una raza superior y muchas otras de las que no hay evidencia alguna que las pruebe.
Se apunta que si bien no es posible correlacionar directamente a estos pequeños con Trastornos de la Conducta (serían los Índigo) o con otros del Espectro Autista (los Cristal), hay indicios serios de que algunos de ellos podrían encuadrarse dentro de estos trastornos, y que, aunque no entraran dentro de estos amplios rangos diagnósticos, se trata de niños con problemas pasajeros o permanentes que, más que aliento para persistir en ese estado, necesitan de atención para poder superar aquello que los aqueja.
La sintomatología que describen quienes suscriben las teorías de niños distintos, dicen quienes las critican, es extremadamente vaga y, en todo caso, hablan de algunas características (inquietud, desobediencia, impulsividad, curiosidad, creatividad, etc.) que son compartidas por la mayor parte de los infantes y que forman parte del proceso de socialización y de las características que distinguen a las personas, sin que por ello se trate de seres superiores o distintos, al menos, en un sentido diferente del que las diversas cualidades de los sujetos los hacen únicos e irrepetibles.
Por otro lado, se señala que, así como sucede en muchas ramas de las Ciencias de la Salud tradicionales, a los creyentes y practicantes en el cúmulo de creencias que se sintetizan bajo el nombre Nueva Era sinceros se suman muchos otros que venden tratamientos y prácticas pseudocientíficos, entre los cuales se halla la determinación del carácter de especiales de estos niños, que, en el mejor de los casos, terminan por rotular a los pequeños y, en el peor, alejan a aquellos que los necesitan de intervenciones terapéuticas que mejoren su condición.

Colofón
No pretendemos saldar la cuestión desde estas líneas.
Los argumentos básicos sobre las dos posturas están sucintamente descritos en los párrafos que anteceden y existen en la web muchísimas publicaciones que hablan a favor de este fenómeno, mientras que las que las cuestionan son poco numerosas y hacen hincapié en la falta de fundamentación científica que rodea a las afirmaciones.
Quizás una forma de poder dilucidar la materia sea indagar sobre la consistencia lógica de las posturas contrapuestas y ver qué resulta del análisis en profundidad de los argumentos que se dan en una y otra dirección.
Hablábamos al comienzo de la heterogeneidad de las creencias humanas, a lo que sumamos que ni siquiera los regímenes más duros y restrictivos que ha conocido la historia de la humanidad han podido lograr que ese espacio de libertad inaccesible que es la conciencia cediera a las presiones. Esa libertad de poder profesar con convicción un credo del tipo que sea es uno de los tesoros más importantes de nuestra condición, aunque ello no debe significar desentenderse de la razón.
A ello, para aquellos que son padres de niños, niñas y adolescentes, debe sumarse la responsabilidad parental, que no es ni más ni menos que lograr que los hijos alcancen el mejor bienestar y desarrollo posibles, sin invadir sus espacios de libertad. Esto plantea límites y equilibrios difíciles de alcanzar, para lo que no existen fórmulas ni garantías.

Ronaldo Pellegrini
ronaldopelle@yahoo.com.ar

Fuentes:
- http://www.caminosalser.com/indigocristal/
- http://observatorioantisectas.blogspot.com.ar/2013/02/ninos-indigo-una-burda-mentira-nueva.html
- http://www.cultivaelespiritu.com.ar/ninos/articulos/indigoocristal.htm
- http://www.allaboutindigos.com/
- http://www.formarse.com.ar/articulos/ninos_indigo.htm
- http://belduque.blogspot.com.ar/2009/04/ninos-indigo-y-los-cristal-un-mito.html

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