domingo, 29 de abril de 2012

Unas 15 familias rosarinas quieren adoptar un bebé con síndrome de Down

Descripción de la imagen: bebé con síndrome de Down
Desde que el sábado pasado una madre parió un bebé con síndrome de Down en la Maternidad Martin y manifestó su voluntad de darlo en adopción (sin saber que tenía esa patología) quince familias rosarinas se mostraron interesadas en hacerse cargo del pequeño. Julio es ochomesino, pesa apenas dos kilos, se recupera en la sala de neonatología y generó una gran movida solidaria. Tanto, que no sólo en Rosario se suman las parejas que quieren adoptarlo sino que los pedidos llegan desde más allá de los límites de esta ciudad. Una historia de amor que, sin dudas, conmueve.
Cuando Alicia Kosinski se enteró de que había un bebé con síndrome de Down sin familia salió disparada a la maternidad de San Luis y Moreno con su amiga Marcela Villarreal. Ambas son integrantes de la Asociación de Padres Ayudando a Padres de Niños con Síndrome de Down (Apad). Estuvieron con el bebé, lo mimaron, le cantaron... y la historia comenzó a crecer. A través de las redes sociales mucha gente se enteró del caso. No fueron pocos los que se ofrecieron para ir a cuidarlo a la sala de neonatología, otros averiguaron cómo hacer para llevarle ropa, mantas, mamaderas, pañales y, en una semana, Julio se vio rodeado de afectos y regalos.
Pero eso no es todo. En tan sólo una semana, 15 familias rosarinas se ofrecieron para adoptarlo. Y si bien el caso está en manos de la Justicia y se deberá proceder según la ley, los matrimonios hablan con alegría y se emocionan con la posibilidad de que Julio sea parte de su familia (ver página 4).
Acompañado. Durante toda la semana, Alicia, Daniela y Gladys se turnaron para cuidar a Julio e intentar que esté solo el menor tiempo posible. La compañía no es menor si se tiene en cuenta que los médicos manifestaron que el bebé mejoró notablemente desde que estas mujeres empezaron a cuidarlo. Hasta aumentó de peso.
Las tres son madres y se emocionan cuando hablan del pequeño.
Muchas personas se acercaron a ellas porque quieren ver a Julio y les llevan regalitos. Alicia confesó que tiene en la casa varias bolsas de ropa que le acercaron para vestir al bebé.
"Julio es hermoso. Estuve con él, lo abracé, lo llené de besos, le canté, le conté que muchísima gente lo ama y que pronto saldrá. Todas las mañanas voy a verlo, llueva, truene o caigan piedras...", contó una de las madres.
"Este caso salió a la luz, ¿pero cuántos otros habrá?" se preguntaron las mujeres y remarcaron: "La gente es solidaria, porque más allá de que Julio sea un bebé especial, lo quieren adoptar. Además, que tantos se comuniquen con nosotras sirve para demostrar que hay una apertura hacia las personas discapacitadas", reflexionó Alicia.
Mientras tanto, Julio se recupera en la sala de neonatología. "Desde que lo comenzamos a visitar el nene cambió un ciento por ciento porque le damos amor", sostienen. Un ingrediente fundamental para la vida de todo ser humano.
 

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