martes, 22 de marzo de 2011

Tratamiento del Menor con Síndrome de Down

Los niños con Síndrome de Down, reciben una educación diferencial, que comienza en el seno familiar relacionada con la actitud de los padres, por lo que el niño debe permanecer y disfrutar psicoafectivamente del ambiente hogareño, en un clima de adaptación y cariño, ya que sus primeras vivencias marcarán su existencia. Lo que dice relación con la educación psicosocial del niño Down, esta es relativamente fácil y fructífera, y aunque su instrucción es lenta, muchos de ellos aprenden a leer, a escribir a sumar y restar satisfactoriamente, no se les debe presionar durante su proceso de aprendizaje, ya que, la educación de estos niños debe estar centrada en aspectos concretos, sistemáticos e inmediatos.
También se puede señalar que muchos de ellos se destacan por un buen nivel memorístico, desarrollando un vocabulario adecuado, y llegando a pronunciar correctamente; todo esto se logra con paciencia y con la aplicación de ejercicios concretos y reiterativos.
De la organización y dirección de las actividades de los niños dependerá la efectiva asimilación de los contenidos y el conjunto de conductas que deberá desarrollar para conseguir los objetivos fijados dependiendo del período de maduración.
Estas actividades presentan ciertas categorías:
a) Automatismo: Patrón de conductas seleccionadas que permiten desafiar de manera rápida y económica situaciones comunes en su trabajo; a eta categoría corresponde: los hábitos, las destrezas y las habiolidades.
b) Elementos cognitivos: Es la información y conocimiento sistematizado que se debe adquirir, para resolver situaciones o conflictos.
c) Elementos afectivos o emotivos: Son la base de la integración a la vida social – escolar y profesional los que comprenden las actitudes, preferencias e ideales.
Las actividades van desde activar la función madurativa básica hasta aprendizajes complejos de tipo escolar; desde la estimulación temprana hasta el final del proceso de la recuperación funcional; centrándose en funciones de senso – percepción, atención, memoria, razonamiento, imaginación, orientación témpo – espacial, etc,; en habilidades motoras finas y gruesas, y en técnicas de auto cuidado.
Para el logro de los objetivos deben planificarse en forma segura las actividades que deben empezar en la cuna:
Estimular la fijación y seguimiento visual. Mostrar al niño un objeto por vez, cambiando tamaños y colores, un muy cerca de sus ojos y tratando de que tenga la cabeza derecha. Luego cuando ya haya logrado fijar sus ojos en los objetos, irlos desplazando primero lento y luego más rápido
Estimular la percepción auditiva. Buscar objetos que emitan sonidos diferentes, y agradables, y luego pasárselos para que los manipule.
Estimular la coordinación visomotora. Acostar al niño en una colchoneta y mostrándole los objetos y estimulándolo para que los tome. A medida que el niño va creciendo ponerlo cada vez a más distancia y luego poner a su disposición distintos objetos y juguetes.
Ejercitación auditiva y rítmica:
Ejecutar melodías sencillas con pasajes fuertes y suaves.
Tocar en diferentes tonalidades un pandero.
Golpear sobre una mesa con un martillo de madera con pasajes suaves, agitando los brazos en los pasajes fuertes.Utilizar canciones infantiles en forma repetitiva.
Repetir una y otra vez una poesía.
Hacer que el niño imite sonidos como por ejemplo: ruidos de campanas, de un reloj, onomatopeya de animales, palabras monosílabas, sonidos emitidos por el adulto.
Ejercitación previa a la marcha:
Masaje con la palma de la mano, comenzando desde el cervical al sacro, esto puede ser con guantes de seda, terciopelo, tocuyo, etc. Luego en piernas, brazo, torso, espalda.
Mantener al niño en un corral trenzado, lo que le permitirá desplazarse y afirmándose con sus manos, cuyo borde debe ser acolchado.
Usar andadores fijos que le permitan el desplazamiento con los pies.
Hacer rodar al niño con ayuda de otra persona.
Marcha del equilibrio:
Dar pasos agarrado de un bastón presentado horizontalmente por el adulto.
Caminar al lado de una línea trazada con tiza.
Llevar sobre la cabeza un saquito de arena.
Pasar por encima de obstáculos como: botellas, neumáticos, trozos de madera, etc.
Caminar derecho hacia delante, teniendo las manos tendidas al frente, llevando un objeto en sus manos.
Levantarse sobre la punta de los pies, apoyándose en la mesa.
Quedarse de pie, inmóvil, con ojos cerrados.
Quedarse de pie, con ojos cerrados, y luego levantar durante un segundo una pierna.
Avanzar a lo largo de una cuerda.
Correr de un muro a otro.
Andar pasos cortos y largos.
En posición de rodillas:
Levantar y después bajar los brazos hacia delante y luego lateralmente.
Dar palmadas delante de la cara y por encima de la cabeza.
Movimiento de tronco brazos y manos:
Posición derecha con piernas separadas.
El tronco derecho.
Ambos brazos hacia atrás
Manos a lo largo del cuerpo.
Manos a las caderas.
Pulgares hacia atrás.
Dedos hacia delante.
Manos a la nuca.
Manos detrás del cuello.
Tocarse la punta de los dedos.
Codos hacia atrás.
Movimientos de los pies:
Mover los dedos de los pies, doblar un pie, después el otro.
Separar las piernas, doblarlas, extenderlas y bajarlas.
Levantar una pierna por encima de un palo sostenido horizontalmente por el adulto.
Tomar una pelota entre los pies.
Desplazamiento sobre el suelo:
La Cabra: En posición a cuatro patas, el niño debe golpear con la cabeza una pelota, haciéndola que avance.
La Carretilla: El niño tiene las manos apoyadas en el suelo, y piernas extendidas, el adulto coge los muslos del niño, bloqueando las rodillas, bajo sus brazos. El niño debe levantar bien la cabeza y avanzar con las manos.
El Conejo: En posición agachada, el niño apoya las manos sobre el suelo, las adelanta un poco, las mantiene quietas, haciendo que sigan los pies junto con un pequeño salto (este ejercicio prepara el salto de pie).
Ejercicios de motricidad fina:
Rasgar y arrugar papeles.
Trabajar dedos sobre una superficie plana, avanzando y retrocediendo
Tocar el piano y otros instrumentos.
Apretar con ambas manos una pelotita compacta, de esponja o goma.
Pintar con diferentes materiales.
Modelar con arcilla.
Recortar con tijeras y marcar figuras libremente.
Recortar con tijeras punta roma figuras estampadas.
Armar y desarmar rompecabezas con un mínimo de 10 piezas.
Ejercicios de Logopedia:
Movimiento de la Lengua dentro de la boca hacia cada uno de los maxilares y debajo de cada uno de los labios sin separarlos.
Movimiento de la lengua sacándola y punteando, llegando a la barbilla; hacia la nariz, costado de la boca lo más amplio que se pueda.
Jugar a inflar la boca, llenándola con aire y dar golpes suaves sobre los pómulos, expeliendo simultáneamente el aire de una sola vez con un soplido.
Soplar hojas de papel con los labios levemente separados, inhalando el máximo de aire posible y exhalando hasta poder doblar la hoja.
Soplar una pelota de ping-pong, colocada en el extremo de la mesa y entre dos cuadernos o dos libros, hasta llegar al otro extremo.
Ejercitación bucal:
Suprimir el uso del chupete.
No tomar leche ni jugos en mamadera.
Beber en vaso con bombilla.
Beber en vasos o jarritos con mango.
Tomar helado en cucurucho.
Masticar trozos de plátano, peras, manzanas, hasta llegar a deglutir alimentos como: papas, zapallos, fideos y finalmente carne.
Intervención Lingüística:
El niño Down, tiene dificultades para comprender y retener la relación entre las palabras y su referente; también presenta dificultades para producir los sonidos de una palabra.
Se le debe favorecer el vocabulario tanto en el aspecto articulatorio como en el aspecto semántico, trabajando ambos paralelamente.
Para ayudar al niño a articular, es necesario hablarle clara y lentamente para que el niño pueda reconocer las palabras e imitarlas, siempre mirándolo a la cara. El niño pronuncia al principio sonidos simples y luego más complejos; al niño pequeño no se le debe exigir sonidos demasiado difíciles y es importante sensibilizar el oído del niño con un sonido por vez.
En general o hay dificultad con las vocales, y para las consonantes nasales: m, n, ñ, se coloca los dedos del niño en las aletas de la nariz del adulto mientras esta articula fuertemente, luego se invita al niño que repita el sonido con los dedos en su nariz y que tome conciencia de la vibración nasal.
Para las consonantes t y d, se coloca al niño frente del adulto de manera que mire la parte delantera de la boca y el movimiento de la lengua por delante de los dientes y luego hacia atrás, Crear conciencia en el niño de la diferencia del sonido de esas letras con la p, g, b y k.
Para las consonantes v y j, se coloca la mano del niño en la laringe del adulto para que perciba las vibraciones que se producen en ella. Se repite lo mismo con las consonantes f, s, y ch de manera que el niño perciba la ausencia de las vibraciones y mostrarle que acústicamente son más sordas.
Para las consonantes f y v, mostrar al niño como vacila la llama de una vela cuando coloca los incisivos superiores en posición próxima o en contacto leve con el labio inferior.
Para la consonante r, se coloca la mano del niño en la garganta del adulto mientras éste pronuncia una serie de r y de sílabas con r y que tome conciencia de la vibración de la boca.
Estos ejercicios deben combinarse con una respiración adecuada, enseñar al niño a tomar aire y luego emitir sonidos.
Para ayudar a la articulación de los sonidos es conveniente que el niño ejercite combinaciones con sentido, como mi, tú, sol, pan... Asimismo palabras simples que tengan significado y dentro del contexto del niño. Lo más importante es que el niño respete la secuencia de los sonidos aunque no articule correctamente.
Ejercitación en la comprensión y reconocimiento de palabras:
Para que el niño comprenda la relación entre la palabra y lo que él designa entre lo que visualiza en su entorno, es importante usar siempre la misma palabra para designar a cada persona, objeto o acontecimiento. Es importante aprovechar todas las ocasiones posibles, mientras se le da la comida, o juega o se sale de paseo para nombrar los objetos que se emplea cuidando nombrar una cantidad limitada cada vez. Sin embargo no basta con nombrar los objetos y las personas, sino mostrar al niño las acciones y atributos de ellas. Es importante que el niño manipule los objetos de los que se está hablando, como asimismo mostrarle imágenes de ellos. Una buena estrategia es unir el gesto a la palabra lo que favorece la adquisición del lenguaje. Otra estrategia es mostrarle láminas según categorías.
Casa:
Mesa, cama, ventana, puerta, lámpara.
Alimentos:
Azúcar, sal, leche, chocolate.
Vehículos:
Auto, bicicleta, moto.
Cuerpo humano:
Nariz, boca, ojos, manos, pies, pelo.
Para ayudar al niño a comprender el lenguaje del adulto y favorecer la construcción de oraciones es necesario trabajar con los referentes semánticos primeramente a nivel no-verbal, donde el lenguaje sirva sólo de acompañamiento, procurando que el niño establezca relaciones entre los objetos de su entorno. El niño al principio sólo dirá una palabra para luego pronunciar dos y luego tres. Al principio el orden de las palabras no tiene mucha importancia pero es conveniente familiarizar al niño en el orden correcto del enunciado.
Si se considera cuales son los enunciados y oraciones que son buenos que aprenda el niño con Síndrome de Down, hay que plantearse el uso y la función del lenguaje. La función del lenguaje es la comunicación que tiene como subfunción la Descrición: objetos personas y eventos, y a la función connativa:”un medio para actuar sobre el otro”. Al niño Down, habrá que enseñarle todos los medios para cumplir con la función de la comunicación, entregándole toda clase de estrategias lingüísticas descriptivas y connativas, enseñándole a construir oraciones y a comprender las construídas por los otros. Para ello debe enseñársele las relaciones entre entidades objetales y entidades procesos mediante juegos de roles: la feria, el supermercado, la farmacia, etc. utilizando el máximo de material concreto. El adulto manipula el objeto pidiendo al niño que verbalice las acciones, las propiedades semánticas como singular, plural, etc., relaciones y hechos. Estas actividades deben responder a un objetivo preciso que variará según la evolución del niño. En una oportunidad el objetivo tiempo, atributo, número y en otra puede ser orden de las palabras, concordancia, etc. El niño Down podrá hacer grandes progresos en el terreno del lenguaje y la comunicación si se lo estimula y capacita adecuadamente. Es importante grabar al niño durante algunas intervenciones para ir registrando sus progresos, un registro evaluativo sistemático y controlado ayudará a elegir las estrategias más adecuadas.
Por último cabe recalcar la importancia de la coordinación entre la intervención familiar y escolar, como asimismo las actividades extraescolares: paseos, visitas a los compañeros, presenciar espectáculos para hacer del niño Down, un ser integrado a la Sociedad.
Ana María Allendes
Educadora Diferencial
Pamela García Espinoza
Educadora de Párvulos
Link: http://www.repsi.cl/Sindrome_de_Down.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario