martes, 12 de enero de 2010

Autismo, ¿un trastorno en aumento?


En los últimos años, y gracias a los avances en el conocimiento disponible en relación al Autismo y otros Trastornos Generalizados del Desarrollo, se han producido modificaciones conceptuales que progresivamente han incorporado el término "Trastornos del Espectro del Autismo" (TEA) para referirse de manera más amplia a este tipo de trastornos. Con esta concepción se enfatiza la específica alteración en el desarrollo social que implican, así como la gran heterogeneidad en la presentación clínica de los síntomas y en las necesidades de las personas que los presentan.

Tras la publicación de un incremento de los casos de autismo en EEUU, prsalud quiso averiguar el motivo del aumento de estas cifras (600%) y se puso en contacto con la Confederación AUTISMO ESPAÑA. Su presidente, Don Antonio de la Iglesia Soriano, nos ha descubierto algunos detalles sobre el autismo. Don Antonio ha explicado como las personas con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) comparten características comunes pero las manifestaciones en cada caso son diferentes.
Recientemente algunos medios de Comunicación han publicado un estudio sobre el autismo en EEUU que asegura que ha aumentado un 600% en los últimos 20 años. ¿Cuál es la situación en España?
En los últimos años se ha constatado también un aumento considerable de los casos detectados y diagnosticados dentro de los TEA (Trastornos del Espectro del Autismo). Es posible que este incremento se deba a una mayor precisión de los procedimientos e instrumentos de diagnóstico, a la mejora en el conocimiento y formación de los profesionales, o incluso, a un aumento real de la incidencia de este tipo de trastornos, aún no se sabe con seguridad.
Estudios epidemiológicos recientes realizados en Europa apuntan una prevalencia de 1 caso de TEA por cada 150 niños en edades escolares.
¿Qué diferencia hay entre los conceptos de "Trastornos del Espectro del Autismo" y de "Autismo clásico"?
La primera definición de los síntomas del autismo fue realizada en 1943 por Leo Kanner, médico vienés afincado en Estados Unidos. Aunque estrictamente, los rasgos del autismo clásico que él estableció se encuentran en una minoría de las personas que presentan algún TEA, hay una serie de características comunes que comparten la gran mayoría de ellas, aunque con diferentes manifestaciones en cada caso.
En algunos casos pueden presentar un aislamiento social importante, o no manifestar mucho interés por relacionarse con los demás. Sin embargo, en otras ocasiones pueden intentarlo de una forma extraña, sin saber muy bien cómo hacerlo, y sin tener en cuenta las reacciones de la otra persona.
Por otro lado, suelen presentar alteraciones de las habilidades de comunicación verbal y no verbal, que pueden variar desde las personas que no emplean ningún lenguaje hasta las que tienen habilidades lingüísticas fluidas, pero no saben utilizarlas para mantener una comunicación recíproca.
Además, las personas con TEA tienen un repertorio limitado de intereses y de conductas. Pueden presentar los mismos comportamientos de forma repetitiva, y tener problemas para afrontar cambios en sus actividades y en su entorno, aunque sean mínimos. Finalmente, sus capacidades para imaginar y entender las emociones y las intenciones de los demás son muy limitadas, lo que hace que sea muy difícil desenvolverse adecuadamente en el entorno social.
¿Por qué es más frecuente en los chicos que en las chicas?
Existe una fuerte implicación genética en el origen de los TEA. Ésta influiría en que sea más frecuente en el caso de los chicos.
¿A qué edad se detectan las primeras manifestaciones clínicas?
Las primeras manifestaciones clínicas de los TEA se suelen detectar entre los 12 y los 18 meses de edad. Éste sería un momento clave del desarrollo de diferentes procesos psicológicos básicos que se encuentran alterados en las personas con autismo, como los precursores del lenguaje y la comunicación, y la atención conjunta a estímulos sociales.
Además, y al contrario de lo que se ha publicado en numerosos medios de comunicación, la investigación demuestra que no hay diferencias en la aparición del autismo entre grupos étnicos, culturales o socioeconómicos.
Uno de los principales problemas es que no se conoce con exactitud las causas que provocan los Trastornos del Espectro del Autismo. ¿Podría venir derivado de factores genéticos?
En la actualidad no es posible determinar una causa única que provoque la aparición de los TEA, pero si la fuerte implicación genética en su origen.
La gran variabilidad presente en este tipo de trastornos apunta también a la relevancia que puede tener la interacción entre los distintos genes y diferentes factores ambientales en el desarrollo de los TEA, pero por el momento, estos elementos no se encuentran claramente identificados, y aún es necesaria mucha investigación al respecto.
Entonces, ¿Se podría diagnosticar en los primeros meses de vida?
Actualmente no existe ningún marcador biológico reconocido que permita el diagnóstico de los TEA. Éste se realiza en base a diferentes indicadores en el desarrollo de la persona que apuntan a una alteración en el mismo, así como a una evaluación específica de su conducta. En la actualidad, es posible detectar algunos indicadores alrededor de los 12 meses de vida que pueden apuntar a que el niño o la niña puedan tener autismo, aunque el diagnóstico se suele realizar más tarde, alrededor de los 18 meses.
No obstante éste se suele demorar en el tiempo, debido en gran medida al desconocimiento que existe sobre los indicadores tempranos de los TEA en servicios fundamentales para el seguimiento del desarrollo de los niños, como los servicios sanitarios de Atención Primaria, o los servicios educativos infantiles.
Qué líneas de investigación se están llevando a cabo en estos momentos?
En la actualidad, la investigación sobre los TEA en España presenta un desarrollo muy limitado, a pesar de considerarse un área fundamental para el avance en el conocimiento, teórico y aplicado, necesario para favorecer la calidad de vida de las personas con TEA.
Los equipos y proyectos de investigación se encuentran atomizados, y no disfrutan de estabilidad ni de sostenibilidad en el tiempo. No existe una red de investigación consolidada, ni tampoco mecanismos que garanticen la colaboración entre todas las partes interesadas: Administración Pública, organismos investigadores y entidades de personas con TEA y familiares.
Pero en los últimos 5 años, ¿se han producido grandes avances en relación al estudio de tratamientos?
En los últimos años se está trabajando mucho en la investigación de los tratamientos y programas de intervención, para buscar evidencia científica de su eficacia, y fomentar el desarrollo y aplicación de las intervenciones basadas en la evidencia.
En España ha sido fundamental el trabajo realizado por el Grupo de Expertos en Trastornos del Espectro del Autismo (GETEA), vinculado al Instituto de Salud Carlos III, que publicó en el año 2006 una Guía de Buena Práctica sobre los tratamientos de los TEA. Analizan la evidencia de los diferentes tratamientos, tanto biomédicos como educativos, o psicológicos, y se hacen recomendaciones sobre la aplicación de los que se apoyan en evidencia científica contrastada.
En España, ahora mismo, ¿Cuáles son los tratamientos que más se aplican?
Por el momento, no existe ninguna cura para los TEA. Sin embargo, existen factores que van a influir de manera importante en el desarrollo de la persona que los presenta y en su calidad de vida.
De cualquier manera, es imprescindible señalar que la persona con TEA sigue desarrollándose y aprendiendo a lo largo de toda su vida. Así, su calidad de vida y la de su familia van a estar influidas por las posibilidades de acceder a los tratamientos y apoyos adecuados, que se adapten a sus necesidades individuales, y que maximicen sus oportunidades de aprendizaje, de inclusión social y de desarrollo personal.
A principios de 2008 se hablo mucho de la posibilidad de que un ingrediente llamado TIMEROSAL, que formaba parte de algunas vacunas infantiles, pudiera ser responsable de este tipo de trastornos. ¿Qué tiene de cierto esta teoría? (alto porcentaje de mercurio)
Con anterioridad al 2008 ya habían aparecido datos contradictorios sobre los posibles efectos nocivos en el desarrollo infantil de las vacunas con timerosal, un compuesto empleado para prevenir la contaminación bacteriana durante la elaboración de las vacunas, así como sobre su posible influencia en la aparición del autismo en los niños.
El timerosal se eliminó completamente de las fórmulas utilizadas en este proceso en 1996, pero los datos aparecidos han hecho que muchos padres, especialmente en los EEUU, hayan decidido no vacunar a sus hijos, con el riesgo de fomentar el resurgimiento de enfermedades potencialmente peligrosas, como el sarampión.
Diversos estudios han puesto de manifiesto que no existe ninguna relación entre este compuesto y el desarrollo de los TEA. Uno de los más relevantes fue llevado a cabo por el Departamento de Psiquiatría Pediátrica del Hospital Infantil de Montreal, en Canadá, en el año 2006. Estuvo coordinado por Eric Fombonne, y se analizaron los datos sobre la inmunización de 28.000 niños, no encontrando ninguna relación entre la exposición a vacunas con timerosal y la tasa de casos de autismo.
A pesar de todas estas evidencias, algunos profesionales, así como algunos medios de comunicación han seguido difundiendo este tipo de noticias, con la alarma que supone para las familias y el riesgo para la salud infantil. No obstante, en España su repercusión ha sido menor que en EEUU, y sólo algunas familias han dejado de vacunar a sus hijos por ello.
Hace relativamente poco se ha empezado a trabajar en red. ¿Cómo se coordinan y trabajan los profesionales a través de Internet?
En la red existe mucha información dispersa sobre los TEA, y mucha de ella, es poco rigurosa y por lo tanto equívoca en cuanto a lo que son los Trastornos y las formas de abordar su intervención.
En España se desarrollan recursos especializados que, fundamentalmente, son puestos en marcha y gestionados por colectivos vinculados a la defensa de derechos y a la provisión de servicios para personas con TEA (movimiento asociativo), y por universidades y equipos de investigación con interés en este colectivo.
El conocimiento y el uso de esta información por parte de otros grupos de interés sin vinculación directa al colectivo, como gran parte de los profesionales sanitarios y de los medios de comunicación, es muy limitado en la actualidad, y por lo tanto, el uso que a veces se hace de esta información no es riguroso ni preciso, pudiendo confundir a las personas que reciben dicha información.

No hay comentarios:

Publicar un comentario