sábado, 15 de agosto de 2009

Sugerencias para colaborar con una persona ciega


· Si le entrega dinero, agrupe el mismo por su valor.
· Si convive con ella, procure que las puertas y ventanas permanezcan total­mente abiertas o cerradas, informe de los cambios que se produz­can en la ubicación de los muebles.
· No modifique su modo de hablar para evitar ciertas palabras y ex­presiones como "ciego" o "ver": hable naturalmente.
· Cuando acompañe a una persona ciega, procure mantener conversación y avísele cuando se marche.
· Para indicarle donde sentarse, lleve la mano de la persona ciega al respaldo del asiento, sa­brá sentarse por sus propios medios.
· Cuando entre o se retire de una habitación donde se encuentre una persona ciega, indique su presencia o anuncie su ausencia.
· Si se encuentra con un/a conocid* cieg* o disminuid* visual, debe presentarse por su nombre, no pretenda que adivine con quien habla.
· Cuando se encuentre con una persona ciega en una parada de colec­tivos, pre­gúntele que línea desea tomar. Si ayuda a abordarlo, co­lóquele la mano sobre el pasamanos.
· Señor conductor de transporte público: cuando un/a cieg* descienda de su vehí­culo, cuide que no lo haga frente a un obstáculo ni lejos del cordón. Si observa una persona ciega esperando un colectivo, pare y pregúntele si es ése el trans­porte que desea tomar.
· La ceguera sólo impide ver. Una vida productiva e inde­pendiente, no de­pende de la visión.
· La compasión aumenta la dificultad de la persona ciega. El trato iguali­tario la dignifica y ayuda a desenvolver su vida normalmente.
· L*s niñ*s y adult*s cieg*s o disminuid*s visuales, tienen el de­recho na­tural de igualdad de posibilidades educativas, laborales y de integra­ción social.
· Si una persona ciega acepta su ayuda, ofrezca siempre el brazo opuesto al que lleva el bastón, pues así, podrá seguir y realizar los mismos movi­mientos que usted.
· Evite una solicitud excesiva, hable con naturalidad, ayude dis­cretamente.
· Cuando escuche el golpeteo del bastón de un/a cieg* en una esquina, proponga ayuda para cruzar la calle, deténgase un mo­mento junto al cordón de la vereda para indicar la presencia del mismo.
· Jamás se dirija a una persona ciega por intermedio de otra per­sona, há­galo normalmente y asegúrese que sepa que se dirige directa­mente mencionando su nombre o tocándole el brazo.
·Cuando se encuentre con una persona ciega, insinúe para acompa­ñarle pero no insista.
· Si un/a cieg* le consulta una dirección, indique con precisión, si debe doblar a la derecha, izquierda o seguir en línea recta.
· Para subir o bajar una escalera común, colóquele la mano sobre el pasamanos.
· El bastón blanco no es sólo un símbolo de ceguera, utilizado con la técnica adecuada, permite a la persona ciega, su movilidad libre e independiente.
· La rehabilitación devuelve a la persona ciega, la capacidad de de­sarrollar su vida activa e independiente.
· La persona ciega sólo ha perdido un sentido: la vista, recuerde que con­serva cuatro restantes y su capacidad intelectual.
· Dijo Hellen Keller, poetisa ciega y sorda: "Lo que más lastima no es la ceguera, sino la actitud de las personas que ven".
TODA PERSONA CIEGA ES UN/A CIUDADAN* PARTICIPANTE
*: el uso del asterisco esta implementado para evitar usar el genérico masculino. La @ tampoco es conveniente en estos términos, ya que implica una derogada dualidad genérica y además es difícil leer por programas utilizados por personas ciegas o ambliopes........

2 comentarios:

  1. Hola Verónica:

    Muy interesante e importante la información. Diariamente nos encontramos a personas que, fundamentalmente por ignorancia, no saben como manejar la situación con discapacitados visuales. Un ejemplo, es lo de los nombres. Hay personas que se me acercan a conversar conmigo y no se presentan. Piensan que por haber hablado con ellas dos o tres veces le conozco la voz. Me he tenido que acostumbrar a preguntar de una manera casi descarada: ¿Con quien hablo? o ¿Quién es?. Saludos,

    JM

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  2. Verónica: Nuevamente, interesantísimo y útil artículo.
    No sabía lo del uso del *, de todo aprendo en tu blog.

    José Manuel, esa mala costumbre la tenemos todos para muchas cosas. Yo sí veo y me ponen en muchos aprietos cuando al hablar por teléfono, pretenden que les adivine la voz. Y también les preguntó ¿quién habla? Debemos educarnos todos.

    Saludos a ambos. Hilda

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